¿Qué son los combustibles fósiles?

Los combustibles fósiles son compuestos de hidrocarburos formados a través de procesos naturales como la descomposición anaeróbica de organismos muertos que se producen durante muchos años, hasta millones de años. Durante el período de su formación, las capas de materia están expuestas a alta presión y calor, lo que resulta en tres formas principales de combustibles fósiles: petróleo, carbón y gas natural .

Composición y derivados de combustibles fósiles

Los combustibles fósiles tienen hidrógeno y carbono como los componentes principales cuyas relaciones afectan las características de los combustibles resultantes, como los puntos de ebullición y fusión, la densidad y la viscosidad. Otros elementos que se encuentran en los combustibles fósiles incluyen azufre, nitrógeno y oxígeno. Los derivados de las tres formas de combustibles fósiles incluyen queroseno, diesel, combustible de aviación, alquitrán,

Uso de combustibles fósiles

La explotación extensiva de combustibles fósiles comenzó durante la revolución industrial del siglo XIX. Antes de eso, la explotación era mayormente de pequeña escala para combustibles domésticos. La forma más explotada fue el carbón. La minería del carbón era común en las diversas tierras antiguas donde se usaba para fines domésticos básicos, como cocinar e iluminación, y para funciones industriales secundarias, como la fusión de minerales de hierro en los hornos. Este uso del carbón desencadenó la revolución industrial en los Estados Unidos. El éxito del motor de combustión interna provocó el uso del petróleo en los procesos industriales en el siglo XX. Desde entonces, el petróleo y los subproductos se han convertido en la fuerza impulsora clave de las principales economías que crecieron durante los siglos XIX y XX. Otros factores, como los avances en la tecnología automotriz, han contribuido al aumento del uso de combustibles fósiles, especialmente la gasolina y el diesel. Los combustibles fósiles también se utilizan en la generación de electricidad y como materia prima para las industrias petroquímicas.

Los combustibles fósiles y la economía

La economía mundial actual está interrelacionada con la producción, distribución y consumo de combustibles fósiles. El petróleo, en particular, se ha convertido en el principal motor de las economías. Las principales economías mundiales, como Estados Unidos, crecieron durante la revolución industrial, que dependía en gran medida del petróleo. Muchos países en el mundo dependen ahora del petróleo, lo que conduce a una cadena viciosa de aumento, uso, aumento de precios y dificultad para la transición a fuentes de energía renovables, rentables y respetuosas con el medio ambiente. La disminución de los depósitos de petróleo está directamente relacionada con el aumento global de los precios de los bienes y servicios. Por otro lado, las economías de los países que cuentan con depósitos de petróleo dependen de la perforación y exportación de estos productos derivados del petróleo para financiar sus necesidades presupuestarias. Entre tales países se encuentran Arabia Saudita, Irán e Irak.

Los combustibles fósiles y el medio ambiente

El uso de combustibles fósiles ha generado preocupación entre los ambientalistas debido a la tasa de emisiones de carbono a la atmósfera. La cantidad de carbono liberado es demasiado alta para ser eliminada a través de procesos naturales. También se liberan otros elementos como el azufre y el nitrógeno que conducen a la formación de la lluvia ácida corrosiva. La lluvia ácida contribuye al rápido desgaste de los monumentos y esculturas, principalmente las de mármol y piedra caliza. La combustión del carbón también libera elementos radiactivos a la atmósfera, como el torio y el uranio. Los efectos adversos de la explotación de combustibles fósiles incluyen el calentamiento global debido al efecto invernadero creado por la emisión de carbono a la atmósfera y la contaminación del aire, el agua y la tierra durante la extracción, el transporte y el uso de combustibles fósiles y sus derivados. Los problemas de salud asociados con la contaminación por combustibles fósiles incluyen enfermedades respiratorias, muertes prematuras, asma, disminución de la función pulmonar y bronquitis crónica.