¿Qué es un diablo de polvo?

Los demonios del polvo son torbellinos bien formados, robustos y de larga vida, cuyo ancho varía de 1.6 a 16 pies. La altura de estos demonios de polvo varía de 3, 3 pies a 3, 280 pies. Los demonios del polvo son generalmente inofensivos, pero en raras incidencias, pueden ser lo suficientemente grandes como para representar una amenaza. Al igual que los tornados, los demonios de polvo son columnas de viento giratorias orientadas verticalmente. Los demonios del polvo son torbellinos que ocurren durante el buen tiempo y cuya intensidad ni siquiera se acerca a la de un tornado. Los tornados están conectados con una tormenta supercelda y mesociclón.

Formación del diablo del polvo

Los demonios de polvo se forman cuando un paquete de aire caliente cerca del suelo se eleva rápidamente a través del aire frío sobre él, creando una corriente ascendente que se arremolina en las condiciones adecuadas. A medida que el aire se eleva, la columna de aire caliente se estira verticalmente, acercándose así al eje de rotación que intensifica el efecto de remolino. El flujo secundario hace que el otro aire caliente se mueva horizontalmente hacia adentro a la parte inferior del vórtice recién creado. A medida que avanza hacia las partes más bajas del vórtice para reemplazar el aire ascendente, el efecto de giro se vuelve más fuerte y autosuficiente.

Un diablo de polvo completamente formado es una columna en forma de embudo a través de la cual el aire caliente se mueve circularmente hacia arriba. Una vez que el aire caliente llega a la parte superior, se enfría y comienza a descender fuera del vórtice a medida que es reemplazado por el aire caliente ascendente. El aire frío descendente sirve como equilibrio contra el aire caliente que se arremolina y estabiliza el sistema.

El efecto de giro en el suelo produce un movimiento hacia adelante, y el demonio del polvo se sostiene por más tiempo al moverse. Eventualmente, el aire frío será absorbido por el vórtice, y cuando esto ocurre, el polvo del diablo desaparece. El aire frío se aspira cuando la velocidad del polvo se reduce o cuando se mueve en un lugar cuando la temperatura de la superficie es más baja.

Factores que contribuyen a la formación de demonios del polvo

Los demonios de polvo tienen más probabilidades de ocurrir cuando se cumplen las siguientes condiciones. Por lo general, se forman en un territorio llano y árido con poco o nada de viento, cielos ligeramente nublados o despejados, y temperaturas frescas.

1) Territorio plano y árido: el paisaje plano (asfalto o desierto) aumenta las posibilidades de que el aire caliente se encuentre cerca de las condiciones arenosas o polvorientas, lo que hace posible que las partículas sean absorbidas por el vórtice. Las partículas permiten que sea visible, pero no son necesarias para la formación de vórtices.

2) Temperaturas frías: la sostenibilidad del polvo del diablo depende de la diferencia de temperatura entre la atmósfera y el aire cercano a la superficie.

3) Condiciones de cielo ligeramente nublado o despejado: el suelo necesita absorber suficiente energía para calentar el aire cerca de la superficie, creando así una condición perfecta para la formación de un diablo de polvo.

4) Sin viento o viento ligero: el viento tiende a disipar el efecto de giro del diablo del polvo.

Duración e intensidad

Los demonios de polvo son generalmente débiles y pequeños, la mayoría de ellos tienen una velocidad máxima de remolino de aire de aproximadamente 45 millas por hora y un diámetro de aproximadamente 3 pies. Suelen desaparecer unos segundos después de formarse. En raras incidencias, pueden alcanzar un diámetro de casi 300 pies con el viento girando a aproximadamente 60 millas por hora y pueden durar hasta veinte minutos.

Peligros asociados con los demonios del polvo

Se ha culpado a los demonios de polvo en más de cien accidentes de avión, y aunque la mayoría de los incidentes han resultado en pequeños problemas de aviación, algunos han acabado siendo fatales. Se considera que representan una amenaza importante para los pilotos y paracaidistas de parapente, ya que hacen que el planeador o el paracaídas se colapsen en alturas que son demasiado bajas para el corte, lo que puede causar la muerte o lesiones graves.