¿Sabías que algunos primates construyen nidos?

Un nido es un hábitat o refugio construido por animales para protegerse a sí mismos y a sus descendientes. Los nidos se pueden encontrar en todo el mundo en lugares que van desde las copas de los árboles hasta la superficie del suelo. Los animales utilizan una variedad de objetos para construir sus nidos, incluyendo hierba, hojas, rocas, madera e incluso plásticos y restos de papel. Los nidos y la construcción de nidos son más comúnmente asociados con especies de aves. Sin embargo, también se sabe que otras especies animales participan en este comportamiento único. Este artículo destaca algunas de las especies de primates que construyen nidos.

¿Qué es un primate?

El término primate se refiere a un orden de especies de mamíferos, que se divide en dos subórdenes: estrepsirrinas y haplorinas. Estos dos subórdenes incluyen una amplia gama de animales, como lémures, monos, monos, lorisides, galagos y tarseros. Los primates son de diversos tamaños, desde tan pequeños como un pulgar humano hasta más de 400 libras. Por lo general, los primates habitan áreas tropicales en todo el mundo y se pueden encontrar viviendo en tres continentes: América, Asia y África. No todos los primates son considerados constructores de nidos.

Primates de construcción de nidos

En solo uno de los subórdenes de primates mencionados anteriormente se encuentran todas las especies consideradas constructoras de nidos: estrepsirrinas. En el suborden de haplorhines, solo se han registrado monos homínidos que participan en este comportamiento. Ambos grupos de primates construyen nidos para dormir, ya sea durante el día o por la noche. Sin embargo, solo las especies de strepsirrhines construyen nidos para cuidar a sus crías.

Strepsirrhines y nidos

Las especies de Strepsirrhine incluyen lemurs y lorisoids. Estos animales construyen nidos en varios lugares, incluidos los orificios que se encuentran en los troncos de los árboles. Para este subgrupo de primates, la construcción de nidos no es una actividad aprendida, sino un instinto. Los nidos de estrepsirrinas se usan para dormir y como un lugar seguro para dejar a las crías mientras las madres buscan comida. En algunas especies, como el lémur del ratón y el lémur del ratón gigante, los nidos están recubiertos de hojas como una forma de controlar la temperatura corporal de la descendencia. En algunos casos, como se ve con el lémur volante, los nidos están recubiertos con pelaje.

Los investigadores también han encontrado lémures machos de ratón que ocupan nidos con múltiples hembras a la vez, particularmente durante la temporada de apareamiento. Este comportamiento también se observa en galagos enanos. Las crías de abejas adultas tienden a utilizar hoyos en los árboles, utilizando solo las hojas para esconder a sus crías cuando deben abandonar el nido en busca de alimento. Los aye-ayes, que también pertenecen al suborden strepsirrhine, exhiben un comportamiento de construcción de nidos particularmente único. Esta especie puede construir cientos de nidos en un corto período de tiempo, alinearlos con hojas y otra materia orgánica, e incluso pasar a nidos desocupados a veces.

Simios y nidos homínidos

Los monos homínidos son únicos porque no construyen nidos basados ​​solo en el instinto. En cambio, este es un comportamiento aprendido que se transmite de padres a hijos. El número de nidos en un área en particular es un dato crucial para los investigadores, ya que les ayuda a determinar el tamaño de la población de la especie. Algunos investigadores incluso sugieren que encontrar nidos es más fácil que encontrar una especie de primate real. Tres tipos de simios están asociados con la construcción de nidos: chimpancés, orangutanes y gorilas.

Los chimpancés construyen nidos en árboles, que generalmente se usan durante la noche, o más cerca del suelo, para las siestas más cortas durante el día. Sin embargo, los chimpancés en el bosque de Bili de la región del Congo construyen sus principales nidos nocturnos en el suelo. En general, los chimpancés buscan ramas de árboles fuertes para construir el marco y luego rellenan el resto del nido con ramas más pequeñas, que están alineadas con hojas y ramitas para crear una superficie para dormir más suave. En un estudio, los investigadores descubrieron que el 73.6% de los chimpancés ugandeses estudiados específicamente utilizan el árbol de hierro de Uganda para crear marcos de nidos. Este árbol representa menos del 10% de los árboles en el bosque, lo que indica que los chimpancés han identificado una preferencia por el material más fuerte disponible para ellos. Tener un marco fuerte es esencial para los nidos de chimpancés, ya que evita que esta especie se caiga de los árboles mientras duerme.

Los orangutanes aprenden a construir nidos cuando solo tienen seis meses de edad. Esta especie construye sus nidos donde se juntan dos ramas robustas, formando un punto triangular en las copas de los árboles. Estas ramas se utilizan como el marco del nido y las ramas cercanas adicionales de aproximadamente una pulgada de diámetro se entrelazan entre estas ramas originales para formar una plataforma para dormir. Una cosa interesante acerca de los nidos de orangutanes es que la mayoría de estas ramas están dobladas en lugar de quebradas. Esto significa que el árbol no se daña durante el proceso de creación del nido.

Los gorilas son más propensos a construir sus nidos nocturnos en el suelo que las otras especies de simios. Solo las hembras y los gorilas juveniles tienden a construir nidos nocturnos en las copas de los árboles, particularmente en áreas con una gran población de depredadores. A diferencia de los orangutanes, los gorilas tienen al menos tres años antes de aprender a construir nidos. Antes de esta edad, los jóvenes gorilas comparten nidos con sus madres. Los nidos de gorilas tienen típicamente entre uno y cinco pies de diámetro.

Construcción y evolución del nido

Los investigadores han identificado un vínculo entre la construcción de nidos y la evolución humana. El comportamiento de construcción de nidos en primates se remonta a más de 10 millones de años. Los investigadores creen que los primates antiguos comenzaron a construir nidos en respuesta a su creciente tamaño. A medida que los primates se hacían más grandes, dormir en una simple rama de árbol ya no era una opción viable, segura o cómoda. Tener lugares seguros y cómodos para dormir permitió a los primates y las primeras especies humanas alcanzar niveles más profundos de sueño. Este sueño profundo, conocido como movimiento ocular no rápido (NREM, por sus siglas en inglés) es un requisito para niveles más altos de capacidad cognitiva. Algunos investigadores sostienen que cuando los ancestros de los humanos de hoy en día comenzaron a dormir en el suelo en lugar de en los árboles, pudieron lograr este sueño profundo de manera más regular. Con el tiempo, estos arreglos para dormir más cómodos llevaron a una mayor capacidad cognitiva y, finalmente, al desarrollo del cerebro.